7 RAZONES PARA EL ADIÓS DE HUGO
1) Falta de esquema táctico.
El equipo nunca contó con una forma de juego clara. Era un híbrido extraño entre a veces un esquema defensivo (que defendía mal), otras uno desbordado ofensivamente (que atacaba mal), en ocasiones uno contragolpeador (intentando hacer esto con jugadores sin características para tal fin)… que terminó la temporada logrando algunos resultados, sobre todo en casa, por chispazos individuales y no por buen conjunto.
2) Diferente esquema de valores entre institución y DT.
Dicho de una manera simple, ni Hugo muestra su verdadera personalidad en Pachuca, ni Pachuca puede exaltar sus valores y tradición con el “Penta” en el banquillo.
Hugo es explosivo, soberbio, exagerado, altivo, necio. Pachuca, al menos hasta donde entiendo, ha querido dar una imagen más “familiar” que “empresarial” (en el entendido que últimamente las cosas han cambiado mucho). Ha querido ser un club que privilegia el trato humano, la calidez, comprensión, amabilidad (a veces criticado por ser incluso en apariencia excesiva) y agradecimiento antes que cualquier otra cosa. Hoy los tuzos tienen que perder un poco de su esencia para otorgar a Sánchez el protagonismo que necesita y Hugo tiene que tragar saliva para poder contenerse y dar a Pachuca un poco de la sensatez que no forma parte de sus genes.
3) Hugo NO conecta con la tribuna.
Cierto, mucho depende de sus resultados. Seguro estoy que si Pachuca hubiera logrado mejores números, Sánchez tendría mucho mayor aprobación. Pero así como Carlos Reinoso es declarado Americanista y Fernando Quirarte es Chiva, el máximo representante de la UNAM es Hugo. Y el cariño es recíproco entre ellos. Entiendo que son profesionales y se deben a su trabajo antes que sus sentimientos, pero va en relación con el punto número 2: Sencillamente Pachuca y Sánchez son agua y aceite. Se le recibió bien, se le tuvo paciencia y no resultó. Históricamente la afición tuza no perdona y los antecedentes lo dictan: La única opción posible es… el adiós. Y para muestra algunos botones, ¿les dicen algo los nombres de Sergio Santana, Luis Landín (y eso que ellos eran canteranos!), Pablo Marini, y para los “menos jóvenes” también Benjamín Fal o José Yudica? La única solución fue dejarlos ir.
4)El “brinco de generaciones”.
Un aplauso a Hugo por debutar a tal cantidad de jóvenes. Eso es excelente! Aunque suene a slogan, son el futuro del equipo. Y lo mejor, que varios de ellos han respondido. Perfecto! Pero… ¿y el novato del año del torneo pasado? O… ¿El jugador aquel cuya playera se encuentra como uno de los artículos más valiosos del nuevo estadio Territorio Santos Modelo por un gol de chilena que hizo vibrar a México? Pues… sencillamente borrados.
Cierto, han tenido muchas convocatorias a selección y no se encuentran constantemente disponibles para ser parte del primer equipo, pero cuando están, por su calidad y la jerarquía de campeones mundiales, deberían estar al menos en la banca sí o sí! Además de ser de las primeras opciones de cambio cada partido. Y qué pasa? Esporádicamente salen a la banca pero no entran al campo. Pareciera que no son del gusto de Hugo… pero entonces estarían condenados a irse o a perderse en la intrascendencia hasta que algún día los volteen a ver… o simplemente se vayan a triunfar en otro equipo.
5) Los problemas de vestidor.
Contados, muy contados son los equipos que reconocen que en su vestidor hay problemas. Tienen que ser situaciones ya insoportables o donde haya trascendidos graves a la prensa. Y el caso de Pachuca no es distinto: Todo mundo dice que el vestidor está bien y que no existe ningún inconveniente. Pero luego del partido contra América, Héctor Herrera hizo algunas declaraciones fuertes que confirman no estar todos “jalando parejo”. Hubo rumores de que previo a y posterior al partido contra UNAM y contra Neza (este último en copa), Hugo no iba en el autobús del equipo con los jugadores. Ni se confirmó ni se desmintió. Además, las indisciplinas no son infrecuentes. Basta ver las muestras de excesiva inconformidad de algunos jugadores al salir de cambio.
6) Extraños cambios de jugadores.
Y no necesariamente me refiero sólo durante los partidos, sino también para las alineaciones titulares. Por ejemplo, con todo y sus limitaciones, Félix Borja era uno de los mejores anotadores con que contaba el equipo y de pronto simplemente no apareció de nuevo en el cuadro. Esto lo recuerdo desde aquel partido contra UNAM. Y lo mismo ocurrió con Tamudo, Medina, Calderón, así como los comentados campeones sub-17, que si bien es cierto que no estuvieron ni lejanamente en su nivel, también lo es que en algún momento del torneo parecía suicida el hecho de no tenerlos al menos como posibilidad de cambio. Hugo parecía “curarse en salud” para que si al final no había buenos resultados (como ocurrió), pudiera escudarse en lo positivo de haber debutado canteranos.
7) Hay equipos que son para un DT y hay DT’s que sencillamente no lo son.
No soy, ni lejanamente, un seguidor de las columnas de José Ramón Fernández hijo, sin embargo hace unas semanas escribió una que no tenía desperdicio con respecto a Hugo. Mencionaba, palabras más o menos, que Hugo era un DT para UNAM y nada más. Que ningún otro equipo sería capaz de entenderlo y de jugar usando únicamente la mística universitaria de Sánchez, sin tener demasiado que ver la estrategia. Y ponía el ejemplo cuando dirigía en España y fue a Barcelona a visitar a los blaugranas, utilizó un esquema y marcación anacrónico por 40 años aproximadamente. El resultado fue una derrota, pero él se decía satisfecho (El mismo discurso usó en Pachuca).
Sencillamente, los excelentes jugadores no son buenos técnicos. Y Hugo confirma la regla.
Para finalizar, de no seguir el “Penta”, tampoco hay demasiadas opciones para experimentar. Tal vez está llegando el momento de aprovechar a los que realmente les puede doler el jersey blanquiazul. ¿Para qué seguir importando gente que no entiende nada de lo que es y fue Pachuca? Ahí está Caballero y Vidrio relamiéndose los bigotes discretamente cada que el banquillo tuzo está vacante.
Leía hace poco un comentario de algún aficionado tuzo que no podría tener más razón: Pachuca en 111 años no tiene una historia ganadora constante. Vamos, sin que se malinterprete, han sido más las lágrimas que las sonrisas. Pero las más grandes sonrisas las hemos obtenido mediante mucho esfuerzo, sacrificio, sudor y voluntad. Hoy es exactamente eso lo que falta que se transmita… desde el banquillo.
Menos billetes y más pasión!!
Gopher