Los recuerdos y las emociones del Estadio Revolución Mexicana quedaron atrás con el ascenso al máximo circuito de los Tuzos en la temporada 1991-92 ante el Zacatepec, el equipo necesitaba de una nueva casa, más digna y con más capacidad.

En Junio de 1992 se conformó un patronato que desarrollaría el proyecto de un nuevo estadio de fútbol, después de un estudio del suelo, las construcciones comenzaron a finales Agosto de ese mismo año, en un terreno de jales donado por la Compañía Real del Monte y Pachuca.

Un aproximado de 1400 trabajadores, se dice que muchos de ellos a doble y triple turno, fueron los encargados de construir el Estadio Hidalgo, un ejemplo de modernidad que ofrecía cabida para 25,000 aficionados, con visibilidad desde cualquier ángulo, 230 plateas y 180 Palcos (que en sus inicios costaban 400 mil pesos), estacionamiento para público y jugadores, 4 vestidores con todos los servicios, 2 canchas para calentamiento, capilla, caldera y planta de luz, entre otros.

El recinto quedó listo en poco más de 5 meses, fue inaugurado el 14 de febrero del 93, por el entonces gobernador Adolfo Lugo Verduzco, una hora después, al medio día, el partido inaugural en la fecha 24 ante los Pumas, quienes salieron victoriosos 2-0.

Esta temporada 92-93 no fue muy buena para los blanquiazules, ya que quedaron en último lugar y volvieron a la división de plata, mientras que Toros Neza jugaría ahí de local en primera para la temporada siguiente.

Con información de Tuzoteca.