Alfonso Rivera.- El Salón de la Fama del Futbol Nacional e Internacional está próximo a tener su segunda ceremonia de investidura. Será el próximo 13 de noviembre cuando los 23 futbolistas, entrenadores y directivos elegidos en marzo por el comité de selección sean inducidos al recinto de los inmortales. Se espera que esta ceremonia sea tan emotiva como la del año pasado, en la que grandes leyendas del balompié se reunieron para ser reconocidas.

En Ituzos te hemos presentado un poco de la historia de cada uno de estos grandes futbolistas, entrenadores y directivos que ahora reciben un merecido reconocimiento. En esta entrega hablaremos de los tres decanos que fueron elegidos. Estos decanos fueron elegidos para no quedar en el olvido y ocupar un lugar especial dentro del recinto de los inmortales.

Estas grandes leyendas que recordamos son:

Fernando Marcos

Fernando Marcos (México): Futbolista (Germania y Club España), Seleccionado Nacional, árbitro, Director Técnico de varios equipos, incluyendo la Selección Nacional con la que se mantuvo invicta 13 partidos y periodista que cubrió 11 Copas del Mundo. Ganó como jugador 2 Ligas con el España y como DT Campeón de Copa con Toluca.

Surgido de una familia de clase trabajadora, Marcos jugó fútbol y béisbol desde muy joven, trabajando al mismo tiempo como cobrador de camiones y mozo de cantina, además de estudiar leyes. Decidiéndose profesionalmente por el fútbol, militó desde los trece años en el club Germania de la segunda división. Pasa a la liga mayor jugando para el España desde 1930 con el que llegó a ser campeón las temporadas 1933-1934 y 1935-1936. Ficha para el Club Asturias en 1936.

Seleccionado para el equipo nacional, participó como jugador en las eliminatorias para el mundial de Italia 1934.

Se convirtió en árbitro en 1937 y presidió la Asociación Mexicana de Árbitros de Fútbol. Entrenó sucesivamente a partir de 1948 a los clubes Asturias, Necaxa, Toluca, Marte y América. Director Técnico de la Selección Mexicana en 1959.

Retirado como jugador, Fernando Marcos trabajó como economista y abogado. Comenzó a narrar partidos de fútbol por radio desde 1939 y desde 1962 por televisión. Cubrió varias Copas mundiales de fútbol y Juegos Olímpicos. Fue corresponsal y colaborador de numerosos medios de comunicación. En las décadas de los 40 y 50, produjo varios cortometrajes para los noticieros de salas de cine. Autor en 1980 del libro «Mi amante, el futbol».

Se dice que Fernando Marcos fue uno de los dos únicos mexicanos en conocer en persona a Adolfo Hitler.

Se le atribuye frecuentemente la paternidad del concepto de los juegos entre los clubes América y Deportivo Guadalajara como partidos clásicos del fútbol mexicano, ya que siendo Marcos entrenador del América ganó tres partidos consecutivos a equipos de Guadalajara (Oro, Atlas y Guadalajara) por marcador de 2-0 en las tres ocasiones, por lo que declaró que «la nueva forma de marcar por teléfono a Guadalajara era Dos-cero, dos-cero, dos-cero», despertando la antipatía de la gente de Guadalajara y creando así la rivalidad más importante del fútbol mexicano.

Sin duda uno de los hombres de futbol más importantes de la historia del futbol mexicano pues conoció todas sus facetas y destacó en cada una de ellas.

Juan "Trompo" Carreño

Juan ‘Trompo’ Carreño (México): Primer anotador mexicano en Juegos Olímpicos (1928) y Copas del Mundo (1930). Destacó con Atlante. De gran dominio de balón, notable
ejecutor de pases y un artífice de goles de excelente magnitud, considerado en varias ocasiones como el mejor interior por izquierda.

El rumbo de Tacubaya en la ciudad de México fue el marco inmejorable para que un chico de barrio, amante del fútbol, aprendiera sus artes y llegara a ser uno de los primeros ídolos de nuestro país. De familia muy humilde, su educación formal fue escasa, pero eso jamás le limitó en su deseo de convertirse en futbolista. Fue hasta 1927 cuando se enroló en el Atlante.

Mientras trabajaba para una fábrica de telas, formó parte del equipo llamado el Sedanita y de ahí lo llamaron para reforzarlos en un amistoso ante el Colo Colo chileno. A partir de entonces, el ‘Trompo’ se convirtió en líder incuestionable del Atlante. Se trató de una carrera corta, pero muy recordada por la importancia de aquel delantero chaparrón que inspiró a tantos con sus regates y goles en el Parque España.

Poseedor de un talento y carisma muy peculiares, siempre fue un rebelde, tanto dentro como fuera del campo. Era una de las piezas más importantes del Atlante que consiguió el primer campeonato en los años 30, con ayuda de su inseparable carnal, Felipe ‘Diente’ Rosas.

De figura robusta, bajita, moreno y siempre con un gorro, este delantero maravilló a propios y extraños, tanto que llegó hasta la Selección Nacional. Era el prototipo del futbolista llanero de esa época, entregado, marrullero, travieso; hacía honor al mote de los ‘Prietitos’ que les dieron entonces a los azulgranas.

Su mayor placer se lo brindaba el pulque, muchos cuentan que incluso lo tomaba durante los partidos para darse ánimos, aunque a la postre, su adicción lo llevaría a la ruina y, posteriormente, a la muerte.

En 1940, con apenas 31 años de edad, Carreño había dejado de ser el referente en las canchas. Bebía de más y lloraba en cantinas y pulquerías extrañando al fútbol, pues lo obligaron a dejarlo debido a su alcoholismo, y algunos decían que se refugió en brazos de varias mujeres de dudosa reputación.

Se rumora que plena segunda posada navideña, después de haber tomado tequila, Carreño se desvaneció con un dolor intenso. Alcanzó a llamar por teléfono a los hermanos Rosas, compañeros y amigos suyos en Atlante. Lo subieron a una ambulancia y ahí murió, de camino al hospital, víctima de apendicitis, el 17 de diciembre.

Siempre se le recordará porque fue el primero que anotó un gol para México en competencias internacionales más importantes. Marcó en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, perdieron 7-1 con Holanda, y en la Copa del Mundo de 1930, donde también cayeron 4-1 ante Francia.

José Antonio Roca

José Antonio Roca (México): Defensa. Jugó en Necaxa, Zacatepec y Atlante. Con el seleccionado Nacional, disputó 3 Copas del Mundo: 1950, 1954 y 1958. Campeón de Liga en dos ocasiones con el Zacatepec. Como D.T. campeón de Liga y Copa con el Club América. Fue el Director Técnico nacional en el Mundial de 1978.

Es recordado por ser el promotor principal de la rivalidad entre las Águilas y Guadalajara, tras declararse el «anti-chiva número uno del país».

El Míster Roca nació el 24 de mayo de 1928 en el Distrito Federal. Estudió la carrera de contador público y desarrolló su trayectoria como futbolista en Asturias, Necaxa, Zacatepec y Atlante. De 1970 a 1988 fue timonel de diversos clubes en el máximo circuito.

Como estratega del Tri tuvo una mala actuación en el Mundial de Argentina 78, en el que México mostró una de sus más pobres actuaciones, con derrotas ante Túnez (1-3), Alemania (0-6) y Polonia (1-3), que lo colocó en último lugar.

«En el tiempo que yo estuve en el América, sumando las dos ocasiones, son siete años. Ningún entrenador ha estado tantos años en el club de Coapa como técnico. Eso me hizo disfrutar el futbol de otra manera: más intensa, brillante, presionada, emocionante», expresó Roca en alguna ocasión.

Declaró también que no pudo cristalizar su sueño de completar 40 años de carrera en el futbol: 20 de jugador y 20 de timonel. Cumplió la meta como futbolista, pero como estratega le faltaron dos temporadas.

Sus mejores años en la cancha de zaguero lateral los vivió con el Necaxa. Representó a México como jugador en tres diferentes mundiales: Brasil 1950, Suiza 1954 y Suecia 1958.

Llegó como técnico a las Águilas en la campaña 1970-71, en sustitución de Luis Grill e hizo campeón a los entonces llamados Canarios, además de establecer la marca de 24 partidos consecutivos en la liga sin perder, que se prolongó hasta 71-72.

Estuvo al frente de los también conocidos como Millonetas desde 1970 hasta 1975, lapso en el que los dirigió durante 173 encuentros, con 81 triunfos, 57 empates y 35 derrotas.

Durante su estancia con el club de sus amores fue el impulsor de la rivalidad entre América y Chivas, y prohibió a sus jugadores que al final del partido existiera el tradicional intercambio de camisetas.

Posteriormente, tras conducir al Laguna (temporada 1975-76), al Atlético Español (1976-78) y al Tampico (1978-79), regresó al América, de 1979-81.

Prosiguió su carrera con el Atlas en la campaña 1981-82, mientras de 1982 al 84 condujo al Toluca, para seguir después con el Necaxa (1984-85), Atlante (1985-87) y Ángeles de Puebla (1987-88).

Roca fue director del programa de futbol del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México, de 1997 a 2005, año en el que sufrió un derrame cerebral que lo alejó de esta actividad.

Roca agravó su salud al tener un accidente tras una caída en su casa que le causó un desequilibrio metabólico. Murió en 2007 víctima de un paro respiratorio.

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