Domingo, 11 de Marzo de 2012

Antes que nada, gracias al equipo de ituzos que me permite escribir esta historia.

Un octubre 20 del 2011 iba a cumplir uno de mis grandes sueños, y Salí de mi natal Monterrey para llegar a la ciudad de México, para el día siguiente salir rumbo a Pachuca, Hidalgo.

Estaba en la central del norte esperando a una amiga que me acompañaría a Pachuca, después de poco más de una hora de viaje, llego a Pachuca, y en la central me esperan 4 amigos que me recibieron de una gran manera, se tenía planeado una visita ese día 21 de octubre del 2011 a la universidad del fútbol.

Llegando a la universidad me quede sorprendido, nos esperaba otro grupo de amigos y poco tiempo después entramos a la uni, no tenía idea de lo grande que era, muchos niños entrenando para ser futuros futbolistas, pero al ver el entrenamiento me sentía emocionado, ver a el equipo de mis amores entrenando, algo que no había tenido la oportunidad de ver antes.

Terminan de entrenar y uno a uno empezamos a ver como salían del pabellón rumbo a sus vehículos, y nos quedamos hasta el final, solo porque yo quería ver a Leobardo López (mi jugador favorito del equipo) pero valió la pena la espera.

Foto con Leobardo López

Foto con Leobardo López

Autografo que me regalo Leo

Autografo que me regalo Leo

Después de conocer a todos los jugadores, me seguía sintiendo emocionado por conocerlos, y sobre todo por el autógrafo que Leo me firmo en el brazo.

Ese día me invitaron a comer y la verdad tenía mucha hambre, porque no había comido nada en todo el día, pero todos me recibieron de una gran manera.

Ese mismo día fui a comprar el jersey actual, ya que tenía muchas ganas de conseguirlo y después me llevaron a conocer el reloj, y realmente me gusto, en la noche se veía bastante bien.

El sábado fui a conocer por fin el Mundo Fútbol, es realmente interesante ese lugar, por todo lo que puedes hacer, y aunque estuvimos un muy buen rato, sentí que nos faltaron muchas cosas por ver.

Luego llego ese momento, de ir al estadio para el partido vs Pumas, me sentía muy nervioso y ansioso, y llegamos a las afueras del estadio, vendí un par de boletos que me sobraban y entramos.

Pueden imaginar la mirada de un niño en una juguetería, o de un niño gordo en una dulcería, y esa era mi mirada cuando entre al estadio por primera vez en mi vida.

No podía dejar de ver a todas partes, todo me parecía increíble, no dejaba de repetir “que bonito esta” y es que la verdad, me enamore del estadio, y estando lleno se veía mucho más imponente.

Inicio el partido con un emotivo reconocimiento a Miguel Calero, que ese era su último partido como profesional, y era mi primer partido en ese bellísimo estadio.

Coreando el típico “tuzos, tuzos”, realmente estuve extasiado durante 90 minutos. Aunque el resultado quedo en un 0-0, el partido fue muy bueno, pero se quedó atascado en mi garganta el grito de gol, hubo opciones claras, pero el gol nunca llego.

Pero el momento era ideal, la emotiva vuelta olímpica de Calero prácticamente regalando toda su vestimenta, y dando un beso al círculo central, y siendo despedido por todos sus compañeros.

El estadio se iba vaciando poco a poco, pero realmente no quería irme, y aproveche el momento para seguir tomando fotos.

En palabras de mi amigo Alberto Gómez “Daniel, tu cara no tiene precio!!”

En palabras de mi amigo Alberto Gómez “Daniel, tu cara no tiene precio!!”

Y realmente era un momento que no quería que terminara, pero tuve que irme porque seguridad nos sacó, pero hasta el último momento regresaba la mirada para verlo un segundo más, una experiencia que espero revivir pronto..

 

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